Cuando trabajamos con pinturas, ya sea en aplicaciones industriales o decorativas, uno de los errores más comunes es pensar que disolvente y diluyente son sinónimos. Aunque ambos se utilizan para modificar la viscosidad de una pintura o facilitar su aplicación, sus funciones y efectos pueden ser muy distintos. Usar uno en lugar del otro puede comprometer el resultado final.
¿Qué es un disolvente?
Un disolvente es, en términos generales, una sustancia líquida —normalmente volátil— que disuelve los componentes de una pintura o barniz. Se utiliza habitualmente para limpiar herramientas, eliminar restos de pintura o incluso diluir productos cuando no se dispone del diluyente original.
Por ejemplo, los llamados disolventes universales tienen la capacidad de actuar sobre una gran variedad de productos, pero precisamente por su “versatilidad”, también pueden afectar negativamente las propiedades del recubrimiento: cambiar su tiempo de secado, modificar el brillo o reducir su dureza.
¿Y un diluyente?
El diluyente es un producto específico formulado por el fabricante de la pintura para ajustarse exactamente a las características del producto. Sirve para reducir la viscosidad, mejorar la fluidez, facilitar el trabajo con pistola, brocha o rodillo, y asegurar una buena nivelación sin alterar las propiedades originales del recubrimiento.
Cada tipo de pintura —ya sea poliuretano, epoxi, clorocaucho, nitrocelulósica o cualquier otra— suele tener su propio diluyente recomendado. Y eso no es por capricho: el uso de otro tipo de disolvente puede provocar problemas como:
- Mal secado (secado superficial y no en profundidad)
- Pérdida de adherencia
- Brillo no deseado o velados
- Aparición de burbujas o ampollas
¿Qué pasa si me equivoco?
El uso incorrecto de un disolvente o un diluyente puede estropear completamente el resultado final. Incluso una pintura de alta gama puede comportarse como una pintura de baja calidad si se diluye de forma inadecuada. En obras importantes, este error puede suponer pérdidas de tiempo, retrabajos y un importante sobrecoste.
✅ Consejo profesional:
Antes de aplicar cualquier pintura o barniz, revisa siempre la ficha técnica del producto. Allí encontrarás el diluyente recomendado, los porcentajes de mezcla y las condiciones ideales de aplicación. Así te aseguras de mantener la calidad original del producto y obtener el acabado esperado.